Chinchurria y pólvora


Advertencia: esta nota fue escrita por un ignorante. Sabihondos abstenerse. Comensales de paladar fino, también.

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¿Cuándo fue la última vez que sentimos algo semejante? Ir y venir frenético, ríos humanos sudando calle y espera ansiosa. Nada es oficial aún, pero la misma piel que ha tragado sol durante todo el día ya transpira victoria. Corre como un rumor que se acrecienta, pero es una certeza incuestionable. El pueblo sabe, cámara. Nada es tan cierto como cuando el pueblo sabe que ha vencido. Y esa tarde de domingo, en las empinadas calles de Antímano, todo olía a victoria. Dígalo ahí, Andrés.

¿Cuándo fue la última vez? La noche del 13 de abril y madrugada del 14. Carajo, palabras mayores. Me lo dije a mí mismo, y a mí mismo me pareció una comparación desatinada, una exageración febril. Una necedad. Hasta que leí la crónica breve del Duque. Y mire cámara: uno está convencido de la propia necedad hasta que se tropieza con un necio igual que uno y va y lo abraza y suelta la carcajada. Es entonces cuando la necedad se convierte en otra cosa: en un cierto tipo de certeza cómplice, como aquella que corría por las calles de Antímano y más tarde se apoderó de la Urdaneta. Un: hicimos algo pero no sabemos cómo llamarlo; un: para qué le vamos a poner nombre, cámara, si lo importante ahorita es gozarse esta fiesta.

Similar al 13 de abril, cámara, fue la celebración de este 15 de febrero. Siete años después, acontecimientos de distinta naturaleza, pero hermanados de alguna forma que no alcanzo a precisar. Claro para que se entienda: aún no logro saber por qué celebramos como lo hicimos. La verdad, apenas y me lo he preguntado. También es cierto: no he tenido mucho tiempo para hacerlo. No sé si es que hay victorias que no ameritan adjetivaciones. No sé si es que hay victorias que son simplemente eso: victorias.

Le comentaba a Lamia, la periodista francesa, un par de días antes del referéndum: necesitamos una victoria que no sea precisamente una victoria electoral. Las elecciones no son un fin en sí mismo, sino un medio. Bien, Lamia, ahora te lo planteo así: ésta fue una victoria electoral que también fue algo más, otro tipo de victoria. Y no sé muy bien cómo explicártelo.

A las 6 de la tarde el ambiente en Ávila TV era una continuación del ambiente que se vivía abajo en la Urdaneta. Como está escrito arriba: nada era oficial, pero todos sabíamos. Toda la espera ansiosa de más de seis millones de almas y un poco más, más las millones de almas más allá de nuestras fronteras, resumida y concentrada en un pedazo de avenida olorosa a pólvora de cohetón. Un río humano rumbo a Miraflores en medio del estrépito de las explosiones, las consignas y el corneteo.

A las 9 y 30 de la noche se dio inicio formal a una fiesta que había comenzando horas antes, y te puedo asegurar, compadre, que nadie iba ataviado como para una fiesta formal.

Pocos minutos después, una generosa representación de esa maravillosa camada de jóvenes extraordinarios que hacen posible Ávila TV, tomó por asalto el estudio y allí, frente a las cámaras, en vivo y en directo, saltaron y cantaron a la Caracas insurgente que los vio nacer, rindiendo homenaje al pueblo vencedor. Luego bajaron a la avenida y entonaron sus consignas, antes de confundirse con un pueblo que les regaló varias demostraciones de afecto y respeto. Un respeto que les compromete, y eso no hay que olvidarlo jamás.

Inmediatamente, himno nacional y respectivo discurso de Chávez. Qué diría Jorge Luis Borges si hubiera presenciado todo aquello. Un discurso que anunció combate contra todo o casi todo lo que queremos combatir, y por tanto un discurso memorable, que procuré escuchar íntegro al día siguiente. Un discurso que concluyó por donde todo debe comenzar:

«Revisión, rectificación y reimpulso para lograr estos cuatro años que quedan de este período constitucional de gobierno, el más alto grado de eficiencia en la gestión pública, el más alto grado de eficiencia en el impulso del Proyecto Nacional Simón Bolívar, en los planes del gobierno para solucionar los problemas del pueblo. Al respecto quiero comprometer mi palabra y la de todos quienes me acompañan en el gobierno, y quiero comprometer al pueblo todo, a las instituciones todas en una batalla que hay que darla con más intensidad, con más esfuerzos y sobre todo con más resultados en contra de la inseguridad en las calles, en las calles del pueblo, en los barrios, en las urbanizaciones, en las ciudades, en los pueblos; la lucha contra la corrupción y sus mil maneras; la lucha contra la inseguridad, la lucha contra el despilfarro, la lucha contra el burocratismo, contra la ineficiencia; quiero empeñar mi palabra en esta batalla».

Después de Chávez, una fiesta igualmente memorable, pura pasión desbordada, canto, consigna y baile. Olor a pueblo victorioso. «Chinchurria y pólvora, así huelen las victorias del pueblo», sentenció mi pana Gavimán, alias José Manuel Iglesias. «Ese es el título que le tienes que poner a lo que escribas sobre esto», me dijo.

Le tomé la palabra porque es verdad: las victorias del pueblo huelen a chinchurria y pólvora. Allá los que sean alérgicos a estos olores.

Y Chávez que aguante ahí: porque ese gentío también le tomó la palabra.

Pólvora

El presidente de Ávila TV entrevistado por Ávila TV. Si esto no es ventajismo, mira, yo no sé lo que es

Salsa

Pogueo

Fragmento del discurso de Chávez. Frente al Palacio Blanco: mirando la Urdaneta en dirección este

Salsa

Pogueo

Partes de guerra


A veces las palabras no son suficientes.

1. Bolivia: violencia de los «cívicos». 11 de septiembre de 2008.

Violencia paramilitar en Cobija deja ocho muertos, 15 rehenes y varios heridos.
La Paz, 11 sep (Redacción central de ABI).- La violencia desatada contra campesinos e indígenas, en el sector de Tres Barracas de la localidad El Porvenir (Pando), por parte de paramilitares con armas de fuego y promovidos por la Prefectura y cívicos de ese departamento, dejó el saldo lamentable de ocho muertos, 15 rehenes torturados, varios heridos y un número no determinado de desaparecidos.

Rehenes campesinos.
Según la representante Presidencial de Pando, Nancy Texeira, los cívicos de ese departamento tomaron por rehenes al menos a 15 campesinos, 13 hombres y dos mujeres, que fueron torturados desde el medio día de hoy hasta aproximadamente las 17.00 horas. Añadió que este grupo de indígenas fue remitido por los cívicos a la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC) para iniciarles una investigación. «En el Comité Cívico los golpearon, porque la gente estaba allí gritándoles y les decían de todo, para que digan quien los financiaba, cuando ellos en realidad solo realizaban un movimiento legítimo», explicó Texeira. Sostuvo que existen varios campesinos desaparecidos, además de otros heridos que posiblemente habrían huido al monte para resguardarse de sus agresores.
(Nota completa).

Unionistas se enfrentan con vecinos de Plan 3.000 en su afán de saquear la zona.
Santa Cruz, 11 sep (ABI).- Miembros de la Unión Juvenil Cruceñista armados con palos, bates, piedras, petardos, armas blancas y armas de fuego, desde las 18.45 de este jueves, iniciaron su intento de toma de la populosa zona Plan Tres Mil para saquear el mercado popular y las humildes viviendas del lugar.

«Nos han sorprendido, se han adueñado de la Plaza del Mechero, nos están haciendo retroceder porque no estábamos preparados, pero la decisión es no claudicar y vamos a resistir hasta el último vecino, son muchos los unionistas porque han llegado en más de 18 camiones llenos, estamos con un poco de temor por el uso de armas de fuego, pero no vamos a ceder», manifestó el vecino.
(Nota completa).

Gobierno declara duelo nacional de 24 horas por masacre de campesinos en Pando.
La Paz, 11 sep (ABI).- El vicepresidente, Álvaro García Linera, declaró este jueves duelo nacional de 24 horas por la muerte de ocho personas, la mayoría campesinos, en Pando, luego de ser masacrados por funcionarios de la Prefectura de Pando y sicarios contratados para sembrar terror en la población del Porvenir.
(Nota completa).

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A veces, dicen algunos, las palabras están de más.

2. Venezuela: primeras reacciones de la vocería opositora en torno a la expulsión del embajador estadounidense. 11 de septiembre de 2008.

Julio César Pineda. Internacionalista. Globovisión.
«Desde 1945, cuando se creó las Naciones Unidas, es el lenguaje más duro, menos diplomático que un jefe de Estado ha podido pronunciar en materia de relaciones internacionales».

Juan José Caldera. Partido Convergencia. 90.3 FM. Programa: Espacio.
«Como venezolano me siento avergonzado por el léxico que utiliza el representante del país para referirse al pueblo de otras naciones».

Raúl Arrieta. Abogado constitucionalista. 90.3 FM. Programa: Espacio.
«Puede haber una reacción muy dura por parte del gobierno estadounidense, puesto que el lenguaje que usó para referirse al pueblo y gobierno de Estados Unidos no fue el más apropiado y responsable».

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A veces todo se resume en una frase.

3. Venezuela: Chávez expresa su solidaridad con Evo Morales y el pueblo boliviano. 11 de septiembre de 2008.

«Evo, tu batalla es la mía, la batalla de Bolivia es la de Venezuela».
(Nota completa).

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A veces hablan los pueblos.

4. Venezuela: consigna popular coreada por los manifestantes frente al Palacio de Miraflores. 11 de septiembre de 2008.

«El peo no es con Chávez, el peo es con nosotros».

Contra el culto a la personalidad y el servilismo intelectual – Vladimir Acosta


(Cuando pega un cierto aire frío y los procesos revolucionarios amenazan con «congelarse» – diría Saint-Just -, lo menos que uno puede hacer es echarle leña a cualquier brasa que se asome en el horizonte. Es lo que ha intentado hacer Vladimir Acosta el pasado 16 de junio, en su programa De primera mano, que transmite Radio Nacional de Venezuela todos los lunes a las 7 am.

Es lo que intento hacer aquí, igualmente, transcribiendo un par de extractos de las intervenciones de Vladimir en el referido programa. El que desee escucharlo completo, no tiene más que darle aquí, y ahí dentro darle play donde corresponde.

Epa Vladimir: me tomé la libertad de intitular esto tal y como aparece allá arriba, porque creo que resume lo central de tus planteamientos.

A veces a uno le da por pensar que esto que nos plantea Vladimir es postura de muchos, aunque ésta siga expresándose como secreto a voces. Pero coño cámaras, ¿no les parece que ya está bueno de tanto cuchicheo, de tanto cotilleo?

Entre la criticadera necia y el servilismo intelectual, un nuevo sentido común debe terminar de imponerse. Vamos a echarle leña.

Fuego).

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Yo voy a decir aquí algunas cosas que seguramente van a molestar a algunos, pero las digo porque creo que tengo que decirlas… en función de este proceso en el cual yo creo, el cual yo quiero verdaderamente que siga avanzando, que no se estanque, que no retroceda, fundamentalmente por esa razón tengo que decir estas cosas. Yo creo que dos de los problemas, problemas serios, problemas graves, problemas que hay que enfrentar y superar en la medida de lo posible, que ha generado uno de los problemas de este proceso: la falta de dirección, son:

1) el excesivo culto a la personalidad con relación al Presidente y a todo lo que el Presidente dice, nadie se atreve a discutirle nada y menos aún a criticar las cosas que dice el Presidente, cosa que es absurda, porque aquí hay plena libertad como nunca, para criticar, para discutir; y

2) el servilismo intelectual. Lo lamento, pero me cuesta llamarlo de otra manera: el servilismo intelectual o la pereza intelectual de algunos que repiten como unos loros todo lo que se dice o todo lo que el Presidente dice y lo justifican sin pensar o que cuando piensan retuercen cualquier argumento para darle la razón al Presidente. Hay que esperar que el Presidente rectifique, cuando lo hace, porque a veces lo hace, se da cuenta, para que entonces vuelvan a ser loros, pero loros rectificadores. Y eso es triste, eso es lamentable, y es algo profundamente perjudicial para un proceso revolucionario, para un proceso que intenta cambiar cosas, para un proceso de participación y de protagonismo popular.

El punto de partida de esto, lo he comentado montones de veces, me he cansado de comentarlo en distintas oportunidades, aquí y en otros lados, en otros actos, en foros, en discusiones y conversaciones, es la falta de dirección colectiva de este proceso. Nadie cuestiona el liderazgo del presidente Chávez, este proceso está absolutamente identificado con el presidente Chávez, el presidente Chávez ha sido el espíritu, el alma, la fuerza principal de este proceso, eso no lo cuestiona nadie, no lo cuestiona ni siquiera la oposición, y por supuesto nadie lo va a a cuestionar. Se trata de que los procesos revolucionarios, los procesos de cambio, los procesos de transformaciones e incluso los procesos reformistas más o menos avanzados, necesitan direcciones colectivas, porque la política es una construcción colectiva. Y cuando se habla de democracia, de participación, de protagonismo popular, se hace absolutamente imprescindible esa discusión, esa participación popular, esa dirección colectiva, que no excluye un liderazgo, pero que necesita la participación, la asunción de responsabilidades, el compartir responsabilidades y el participar de la elaboración de una línea política que tiene que ser producto de la relación con los sectores populares, con el pueblo, y que tiene que ser permanentemente consultada con él. Eso es indispensable. Cualquier proceso que intente cambiar cosas, que intente movilizar a los sectores populares y que intente estar al servicio fundamentalmente de los sectores populares necesita una dirección colectiva, no una dirección que sea absolutamente unipersonal. Y esa es una de las grandes fallas de este proceso.

Aquí ni siquiera el partido que se acaba de construir ahora, el PUSV, es un partido que ejerza dirección colectiva. Es un partido que fundamentalmente funciona como un instrumento que repite lo que dice el Presidente, que no discute nada con el Presidente y que se ocupa fundamentalmente de las cosas administrativas: cómo desarrollar el proceso electoral, cómo hacemos aquí, si se reúnen con el PPT, qué va a pasar con el Polo Patriótico [Alianza Patriótica], si hay amenazas por la prepotencia del PSUV con relación a los otros, si se puede buscar acuerdos, si está descontento alguien, si el candidato para gobernador es el que llegó primero o el que llegó segundo. Es decir, puras cosas absolutamente técnicas, mecánicas, cotidianas, pero no discute política, el PSUV no discute política ni define política. El PSUV simplemente se limita a repetir lo que dice el Presidente, y a veces ni siquiera opina políticamente. Es el Presidente el que opina y el PSUV se ocupa entonces de las cosas administrativas. Eso no puede ser. Si alguna justificación podía tener la integración de las fuerzas que han apoyado a este proceso en un partido como el PSUV, es para construir una dirección colectiva, que desde una perspectiva de compromiso, del mismo compromiso que tiene el Presidente, pueda discutir con él y pueda llegar a acuerdos producto de discusiones con él, y de confrontaciones que ocurren a veces. De eso por lo menos no hay ningún indicio, ninguna indicación de que eso esté ocurriendo.

Pero lo que yo quiero señalar, que es lo que me parece más preocupante, son las dos cosas que dije. Por un lado, se ha ido generando, y eso es prácticamente inevitable cuando no hay una dirección colectiva, y cuando hay un liderazgo claro, porque al final el liderazgo del Presidente parece estar muy por encima de los otros líderes (se podría decir: hasta qué punto él contribuye a eso o hasta qué punto él no hace un esfuerzo para reducir esa distancia, pero ese es otro tema que no voy a tocar ahora); pero lo cierto es que esa distinción entre el peso y la importancia del Presidente y los dirigentes que forman parte de su equipo, genera y ha generado un excesivo culto a la personalidad del Presidente, que se traduce en esa dimensión negativa: una cosa es el respeto al liderazgo, otra cosa es la admiración de un liderazgo, otra cosa es entender que ese liderazgo fuerte, combativo y dinámico es necesario para impulsar un proceso (eso es perfectamente válido) y otra cosa es convertir al líder en una especie de dios, en un personaje infalible, que no se equivoca nunca y al cual no se le puede criticar absolutamente nada y no se le puede discutir absolutamente nada. Repito: algo que es absurdo. Vivimos justamente en una sociedad que es democrática como nunca ha sido esta sociedad venezolana, aquí se discute de todo, aquí se opina de todo y aquí no le pasa nada a nadie. Si aquí hasta los conspiradores de derecha, los conspiradores fascistas andan libremente por las calles, conspiran, hacen lo que les da la gana, aquí todo el mundo hace lo que le da la gana, desde los motorizados hasta los conspiradores fascistas. Entonces aquí no hay ningún peligro de que nadie pueda ser víctima de las críticas que haga. Y es necesario que esas críticas se hagan. No convertir eso en una profesión, no se trata de la profesión de criticar lo que hace el Presidente, para eso está la oposición imbécil esa, diciendo animaladas todos los días, y por eso está así, hundida, en el piso.

Se trata de la perspectiva de la construcción de un proceso revolucionario que hoy más que nunca necesita discusiones, porque están pasando cosas, aquí dentro de este proceso, que hay que discutirlas y que hay que cuestionarlas, necesita entonces una dirección colectiva que parta del reconocimiento indiscutible del liderazgo del Presidente, pero que sea capaz de fijar opiniones y tener criterios, y atreverse a tener esos criterios y a discutirlos, y atreverse a ser derrotada y atreverse a triunfar en algunas oportunidades, porque la derrota o el triunfo no son otra cosa que derrota o triunfo de posiciones que van a fortalecer el proceso. Esto es un problema que a mí me parece fundamental.

Y el otro lado es, entonces, esa suerte de pereza intelectual: «el Presidente es el líder, el Presidente se las sabe todas, el Presidente no se equivoca nunca, el Presidente es el súperestratega», el Presidente está en la estratósfera ya, planificando cosas, y los demás, entonces, por pereza intelectual, no piensan, no son capaces de analizar, no son capaces de participar, reciben pasivamente todo lo que el Presidente dice y ejecutan lo que el Presidente dice. No hay dirección colectiva. Y esa pereza intelectual a veces se convierte en un cierto servilismo, porque entonces es buscar la manera… unos, repito, porque no piensan, y simplemente repiten, repiten y repiten, tanto repiten que «esto es bueno, esto es bueno» porque el Presidente lo dice, y dos días después cuando el Presidente dice «me equivoqué», porque el Presidente sí se atreve a decir que se equivocó, entonces dicen: «esto es malo, esto es malo, esto es malo». Es decir, pasan de loros positivos a loros negativos. Y eso no puede ser. Pero en algunos llega verdaderamente a un nivel de retorcer los argumentos, de utilizar entonces los argumentos de pensar políticamente para hacer cuadrar las cosas que no cuadran, para tener que darle la razón al Presidente, y a veces se queda bastante mal cuando el Presidente después se da cuenta de que él mismo se ha equivocado (y últimamente se ha equivocado bastante, por cierto), y entonces en algunos de esos casos rectifica.

Yo creo que lo único válido y lo único correcto en política, cuando uno quiere pensar políticamente, es eso: es pensar políticamente, es analizar las cosas racionalmente, con seriedad, sin sacralizar el pensamiento y la conducta de nadie, por más líder que sea, con plena independencia de criterios. Una vez que se tiene una posición política tomada, por supuesto, no estoy hablando de criterios en el aire. Estoy partiendo de un análisis válido en política de quien piensa como revolucionario y quien está comprometido con un proceso que quiere que sea revolucionario o que quiere que siga siendo revolucionario, no de un analista de esos que se sientan en una especie de topos uranos, allá arriba, a analizar las cosas desde la estratósfera. No. Me refiero al compromiso, al compromiso militante, al compromiso patria o muerte, como son los compromisos políticos, y si no, no son compromisos y no sirven para nada. Desde esa perspectiva, una vez que uno asume esa perspectiva y la convierte en forma de vida, lo único válido en política, entonces, es analizar las cosas racionalmente, analizar las cosas con seriedad y profundidad, sin sacralizar el pensamiento y la conducta de nadie, con independencia de criterio y con buena y sólida información. Y además, sin temor a criticar lo que se estima que no está bien, justamente porque lo que se quiere es que el proceso avance y no que el proceso se estanque. Y criticar las cosas a tiempo tiene justamente la fuerza que da la posibilidad de cambiar las cosas, de incidir sobre ellas. Quedarse callado, admitir chantajes, admitir acusaciones, que hacen justamente los que quieren que el proceso no siga caminando, es permitir pasivamente que algunas cosas que están mal sigan empeorando y que cuando alguien se dé cuenta de que están mal, ya sea probablemente demasiado tarde para corregirlas, y en ese camino se puede hasta perder el poder.

Aquí lo hay que hacer, en mi opinión, y lo repito, es ver el curso reciente que ha ido tomando este proceso: hacia dónde, en qué dirección está marchando últimamente este proceso, porque, repito, hay muchas cosas preocupantes. Y uno ve cómo se engranan, una tras otra, algunas declaraciones con algunas conductas. Repito, no voy a analizar esto a fondo, simplemente lanzo esto como tema de análisis, de reflexión, de pensamiento, porque ésta es la única forma de pensar políticamente desde un compromiso revolucionario. Recomiendo una vez más que lo hagamos, recomiendo discutir sin temores, si queremos que este proceso siga avanzando, que este proceso no se estanque, que este proceso de cambio no se convierta en una cosa diferente. Porque creo que de eso, y de la conducta que se asuma y de la conducta que se comparta, depende en buena parte el futuro de este proceso, depende en buena parte que este proceso que ha sido generador, justificado, de grandes esperanzas de cambio, de algunos cambios que de verdad han tenido alcance revolucionario, que este proceso pueda mantenerse en ese camino, recuperar ese camino, profundizar ese camino, y no asumir un camino de moderación que muchas veces se convierte en camino de estancamiento.

Creo que ésta es una discusión que debe darse, y que debe darse abiertamente en el seno de este proceso, analizar lo que pasa, lo que se dice, conectar cosas, relacionar cosas, y sobre la base de esos análisis hacer planteamientos que contribuyan a que este proceso que está pasando por una etapa decisiva, por una etapa clave, por una etapa de inflexión, pueda seguir avanzando por el camino que se trazó al comienzo y que tiene que ser profundizado para que no deje de ser lo que fue y lo que tiene que ser: un proceso de cambio revolucionario.

Camarada – Alexis Romero Salazar


A Hilario Díaz* y José Rafael Zavala**
In memoriam

Se dice
y se experimenta el temblor en el escondite
y el crujir de las tripas
en la indigencia por el puro compromiso

Se dice camarada
y se siente el agua presionando los pulmones
y las garras del esbirro hundiendo la cabeza en la tina

Se dice camarada
y se siente el corrientazo en los testículos
el cigarro encendido sobre el pecho
y la plancha quemándote las nalgas

Se dice
y se evoca la “lista negra” de Guayana
el desamparo de la mujer e hijos
y la descarga que te quitó un brazo
haciendo un oficio que no era el tuyo

y se piensa en la condición de hombre del pueblo
y en el firme propósito de seguir siéndolo por siempre

Se dice camarada
y se piensa en la temprana apuesta por la justicia social
y en el sacrificio extremo

Se dice
y se recuerda la terca voluntad de hierro
y la disposición de echarle bolas para ganarse solamente
unos coñazos

Se dice camarada
y se recuerda la alegría del invencible en la tortura y en la vida

Se dice camarada
y se piensa en amigos verdaderos que ni en el más feroz hostigamiento vendieron la patria

Se dice camarada
aunque no se pongan el trapo rojo
y con toda la humildad del mundo
se prohíban decirle mascarada

* HILARIO DÍAZ. Hijo de trabajador petrolero de Caripito, en el oriente del país, y él mismo obrero de Sidor en Guayana, despedido en 1977 en razón de su militancia revolucionaria. Incluido en la llamada “lista negra”, que impedía emplear a los camaradas en cualquier empresa de la zona; tuvo que realizar muchos oficios: cuando hizo de electricista, una descomunal descarga lo mantuvo en coma durante varios meses y le desprendió una mano. Recuperado, con su alegría característica, pasó el resto de su vida como taxista, hasta el pasado 12 de abril, cuando un infarto logró lo que nunca pudo el enemigo.

** JOSÉ RAFAEL ZAVALA. También hijo de obrero petrolero y criado en el campo de la compañía en Lagunillas, en el estado Zulia. Ingresó en la escuela de economía, pero al hacerse militante revolucionario abandonó los estudios; fue torturado muchas veces y permaneció en la cárcel varios años. Siempre consecuente y con apenas el apoyo de unos pocos compañeros -a 7 años de revolución- casi en la indigencia, estuvo batallando con una penosa enfermedad hasta septiembre de 2006.

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Sin que alguien lo haya decidido así, en la actualidad, en cierta medida, el proceso de reconstrucción de las organizaciones populares, impulsado fundamentalmente por revolucionarios que crecieron durante o después de la derrota de los años 70, se desarrolla huérfano de las experiencias que lo precedieron; eso no es nada nuevo, ni ocurre solamente en nuestro país, también sucede en Argentina, como lo testimonia Nauel Laviggi. Se ha mostrado habilidad para mencionar las fallas, para producir nuevos conceptos y transitar nuevos caminos, pero no se ha demostrado capacidad para rescatar las virtudes y esfuerzos de una generación casi de mártires.

Como dice el poeta argentino Vicente Zito Lema: «Memorar el horror es justo y necesario. Porque el horror existió y muchos de los que lo padecieron están vivos. Memorar el horror debe ser un acto de amor para los muertos, que están solos en la soledad de la muerte. Y esa memoria debe estar viva, para que ese amor sea vida y no una siniestra y vacía parodia de amor».

Pero es mucho más que eso, no se trata sólo de reconocer su sacrificio y heroísmo, sino de aprender de sus experiencias, de sus destrezas para construir organización en medio de la más bárbara represión; se trata de aprender de sus demostraciones extremas de solidaridad. Es vital que los revolucionarios venezolanos se identifiquen con ellos y sientan como el joven, también argentino, Darío Santillán:

«Nos pesa mucho la valoración de todos aquellos que dieron la vida…. compañeros que pelearon por lo mismo que estamos peleando hoy. Lo que sentimos en carne propia es que somos los mismos que pelearon en aquellos años. Somos la continuidad de esa historia».

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Quiero honrar la memoria de mis camaradas fallecidos: Alexander Alzolay -asesinado-, Luis Fernando Hernández Vargas, Vicente Antonio Contreras -asesinado-, Jorge Rodríguez -asesinado-, Pablo Emilio Ochoa, Manuel Coa Fernández, Carlos Wilfredo García -asesinado-, Sor Fanny Alfonzo -asesinada-, Ronald Morao -asesinado-, Domingo Arrieche, José Rafael Zavala e Hilario Díaz. Quiero reconocer a mis entrañables hermanos torturados y criminalizados ayer, que continúan transformando los espacios más pequeños con modestia, sin buscar protagonismo.

Y repudiar el cinismo de aquellos que con saña y desde diferentes posiciones apoyaron al sistema que los reprimió, los torturó y los mató y ahora andan sectariamente rasgándose las vestiduras y diciendo camarada. Algunos de ustedes saben a quiénes me refiero y ellos saben que los tenemos ubicados; mientras no se les ponga en su sitio, se escuchará algo así como «mascarada».

Viene la Asamblea de Movimientos Populares de Caracas: sábado 19 y domingo 20 de enero


La siguiente nota fue publicada hace pocos momentos en Aporrea, espacio donde muy probablemente muchos de ustedes la leerán antes de verla por acá. Pero como la intención es difundir la información «por los diversos medios posibles», pues ahí les va.

Se trata de las resoluciones de un asamblea popular que realizó el día de ayer el Frente Popular Revolucionario del Sur, en la parroquia caraqueña de El Valle.

Los cámaras reiteran la convocatoria a una Asamblea de Movimientos Populares de Caracas, a realizarse los días sábado 19 y domingo 20 de enero, en la sede de la Universidad Simón Rodríguez en El Valle. Igualmente, hacen un llamado a marchar el 23 de enero, fecha en que celebraremos los 50 años del fin de la dictadura militar en Venezuela.

Resoluciones de la Asamblea Popular realizada en El Valle, Caracas
Asamblea Popular realizada en El Valle el jueves 10/01/07

Frente Popular Revolucionario del Sur

Resoluciones de la Asamblea.


1. Deseamos felicitar al camarada Presidente por su encomiable labor humanitaria, así como también a la senadora Piedad Córdoba, a los comisionados de paz, a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo, y a todos los que pusieron su empeño en la tarea por liberar a Clara Rojas y Consuelo González de Perdomo, materializado hoy jueves 10 de diciembre de 2007, lo que abre un camino esperanzador para conseguir la PAZ de nuestro hermano pueblo colombiano.
2. Avanzar en la consolidación de la Asamblea de Movimientos Populares de Caracas que se realizará el sábado 19 y domingo 20 de enero en la Universidad Simón Rodríguez de El Valle a las 9:00 am.

Por ser nosotros promotores de la asamblea del 4 de diciembre y anfitriones de esta Asamblea de Caracas convocamos a los diferentes colectivos de las Parroquias El Valle y Coche a una reunión en la Universidad Simón Rodríguez el lunes 14 a las 5:00 pm para activar los equipos de apoyo que estaremos recibiendo a los diferentes colectivos de Caracas, y camaradas de las regiones que se convertirán en los promotores de la Gran Asamblea Nacional de Movimientos Populares, fecha aún por definir.

Seguidamente resoluciones generadas en las diversas áreas:

Gobernabilidad popular revolucionaria.
1. Conformar un Consejo Popular de Gobierno, concebido como un ente para generar aportes a las políticas revolucionarias de gobierno e instancia de articulación permanente con el camarada Presidente y demás organismos del Estado.

2. Hacer aportes al plan piloto de seguridad que está implementando en nuestras Parroquias el Ministerio del Poder Popular de Interior y Justicia, ya que no se ha consultado a las comunidades al respecto (aporte enmarcado en el Consejo Popular de Gobierno).
3. Conformar un Parlamento Popular de Legislación Nacional para promover leyes socialistas y además concretar la reforma constitucional donde debe ser incluido entre los primeros artículos la reelección continua del camarada Presidente porque no nos calaremos un chavismo sin Chávez.
4. Conformar Tribunales Populares para procesar denuncias que provengan principalmente de todas las contralorías sociales y hacer que la Fiscalía y entes responsables den respuestas a los expedientes generados. Se decidió buscar asesoría con abogados que estén comprometidos con la Revolución Bolivariana.
5. Creación de las Milicias Populares como forma de autodefensa integral de nuestras comunidades.
6. Crear la Comuna El Valle Coche, para que confluyan no sólo los Consejos Comunales sino todos los movimientos sociales que hacen vida en nuestras Parroquias. (Se designó un comisionado para contactar a los Consejos Comunales que no estuvieron presentes).

Contraloría.
1. Revisión de todas las Misiones (se hizo hincapié en la Misión Mercal por irregularidades mencionadas por la camarada María Ojo Pelao).

2. Revisión de los Consejos Comunales para impulsar su trabajo debido a que algunos tienen debilidad en su funcionamiento.
3. Que las comunidades realicen un balance de la gestión de gobernantes locales y regionales, para estudiar si merecen ser reelegidos.
4. Exigir que los gobernantes locales y regionales rindan cuentas públicamente en las calles de cómo invierten el presupuesto.

Organización y articulación.
1. Luchar por la unidad de todos los movimientos sociales que hacen vida en nuestras parroquias dejando a un lado las diferencias, y paralelamente avanzar en la consolidación de cada una de esas organizaciones sociales mediante el trabajo permanente en cada uno de los sectores.

2. Realizar una lista de las organizaciones sociales revolucionarias con las cuales contamos para hacer planes de lucha conjuntos por la construcción del socialismo.

Política e ideología.

1. Conformación de células de formación política ideológica en todos los sectores de nuestras parroquias.
2. Dar la lucha interna en el PSUV para acabar con las roscas, oportunistas, burócratas y capitalistas infiltrados.
3. Que el 2008 lo decretemos como un año de movilización permanente en las calles y demos inicio a esa jornada con la emblemática fecha del 23 de enero.
4. Exigir que la escogencia de los candidatos sea desde las bases populares en asambleas para que no sean impuestos.
5. Que los candidatos y gobernantes estén obligados a realizar trabajo comunitario.

Comunicación y propaganda.
1. Realizar una fuerte campaña de propaganda para mostrar los logros de la Revolución en nuestros sectores.

2. Que sean publicadas las resoluciones de cada una de las Asambleas por los diversos medios posibles.

Metodología de la Asamblea.

1. Nos declaramos en asamblea permanente, todos los jueves a las 6:00 pm en la Universidad Simón Rodríguez de El Valle.
2. Constituir mesas de trabajo en los diferentes ámbitos para atacar problemas como salud, infraestructura, etc.
3. Que las vocerías de las Asambleas sean siempre diferentes para garantizar la participación de todos y así evitar que individualidades secuestren del espacio.
4. Hacer Asambleas en los cerros y diferentes sectores de nuestras Parroquias.
5. Priorizar un cronograma de tareas a realizar en las mesas de trabajo según previo estudio de las problemáticas.
6. Asumimos como nombre Frente Popular Revolucionario del Sur.

Agradecemos a los invitados especiales por su participación, entre los cuales estuvieron:

Catia Tve.
– Representantes del Frente Nacional Popular Estudiantil Simón Rodríguez.
– Representantes de la Red Metropolitana de Inquilinos.
– Camarada Amado Rivero del estado Lara.

Para la próxima Asamblea del jueves 17 se comenzarán a conformar las mesas de trabajo.

Puedes contactarnos a través del correo: frente.socialistas.sur@gmail.com

¡¡Ahora llegó la hora del Pueblo!!
¡¡Conquistemos en las calles lo que no logramos en el referéndum!!
¡¡Tomemos las calles y salvemos al Proceso!!
¡¡Rompamos el cerco burocrático!!

El chavismo popular luego del 2D: de la deliberación a la rearticulación


(El siguiente es un artículo que terminé de escribir el pasado 5 de enero, a petición de los cámaras de la revista británica de izquierda Red Pepper. Será publicado en la edición correspondiente a febrero/marzo de 2008, por supuesto con las leves modificaciones de rigor. La misma edición incluye una intro del cámara Pablo Navarrete, además de un artículo del alto cámara Javier Biardeau: ¿Por qué ganó la abstención? Aprovecho para recomendarles otro: Diario de la democracia, de Hilary Wainwright, editora de Red Pepper e investigadora del Transnational Institute, quien estuvo en Venezuela por aquellos días como observadora internacional).

I.-
He estado leyendo durante estos días esa obra portentosa de John Reed que es Diez días que estremecieron el mundo. De lo mucho que se pudiera comentar sobre este libro, hay un dato histórico que no puedo dejar de mencionar: corría julio de 1917 y los bolcheviques no pasaban de ser “una pequeña secta política”. No pude menos que sonreír cuando leí la apresurada nota de los camaradas de la editorial Progreso, al pie de la página: “J. Reed emplea aquí la palabra ‘secta’ queriendo subrayar que inmediatamente después de la Revolución Democrático-Burguesa de Marzo de 1917, el Partido bolchevique, recién salido de la clandestinidad, era aún relativamente poco numeroso”.

Pero al margen de la obligada aclaratoria de los camaradas, lo cierto es que los bolcheviques eran eso: una secta, un grupúsculo, una partida de revolucionarios y revolucionarias que, a fuerza de audacia y tenacidad cambiarían el curso de la historia de la humanidad. El detalle está en que habrían de hacerlo mucho más temprano que tarde: tan solo tres meses después, en octubre. ¿Cómo pudo ser posible? Allí es donde la obra de Reed cobra todo su valor histórico. Pero esto puede servirles de abreboca: “En julio los acosaban y despreciaban; en septiembre los obreros de la capital, los marinos de la Flota del Báltico y los soldados habían abrazado casi por entero su causa”.

¿Cómo pudo ser posible? Por más que los camaradas de la editorial Progreso lo intentaran durante décadas, hoy nadie puede convencernos de que los bolcheviques estaban predestinados a conducir la revolución rusa. En las revoluciones intervienen, está claro, las vanguardias, los líderes, los movimientos, pero también la incertidumbre, lo aleatorio, el azar. La sorpresa. De hecho, los líderes se prueban precisamente en estos momentos donde reinan la irresolución y la perplejidad. Por eso se dice que los pueblos revolucionarios siempre “intuyen” cuándo es el momento de actuar y de qué forma.

Quienes militamos en la revolución bolivariana hemos perdido el tiempo si a estas alturas no hemos sido capaces de asimilar que nada está escrito. Comenzábamos a acostumbrarnos a triunfar; y como siempre teníamos por delante la tarea de vencer al adversario, postergábamos la lucha a lo interno del movimiento, como si el chavismo fuera uno e indivisible, guiado por un líder infalible.

El 2D nos ha tomado por sorpresa. Esa es la verdad. No se trata de que la derrota sea atribuible al azar. Es obvio que podríamos evaluar y determinar cuáles han sido las principales causas de este resultado adverso. Pero el resultado, sin duda, ha sorprendido a todos: el chavismo estuvo siempre seguro de la victoria, aun cuando contemplara el escenario de un triunfo por poco margen; la oposición, por su parte, y como ya lo apuntó alguno de los nuestros poco después de conocerse los resultados, no se creía capaz de derrotar electoralmente al chavismo.

El reto que nos toca, por tanto, dentro del campo bolivariano, al propio Chávez, al alto gobierno, pero sobre todo al chavismo popular, democrático y revolucionario, es saber lidiar con la sorpresa. En eso consiste, principalmente, el momento político que se ha abierto a partir del 2D

II.-
Cualquiera podría objetar que el liderazgo revolucionario no depende exclusivamente de su capacidad para desenvolverse con audacia y suficiencia frente al azar y la sorpresa: antes bien, éste dependería de su habilidad para hacerse portavoz y defensor de las demandas populares. Estoy completamente de acuerdo.

El mismo John Reed relata que la eficacia de la política que emprendieron los bolcheviques en las semanas previas a la revolución de octubre, obedeció a “que tomaron los simples y vagos deseos de los obreros, soldados y campesinos y con ellos estructuraron su programa inmediato”: todo el poder a los soviets, paz en todos los frentes, la tierra a los campesinos, control obrero en la industria.

El 3 de diciembre de 2006, luego del primer boletín del CNE – anunciando su categórica victoria en la contienda por la reelección presidencial – Chávez se dirigió en lo siguientes términos a quienes celebrábamos frente a Miraflores: “Hoy es un punto de arranque, hoy comienza una nueva época… una nueva era… La nueva época que hoy comienza tendrá como idea fuerza central… como línea estratégica fundamental, la profundización, la ampliación y la expansión de la revolución bolivariana, de la democracia revolucionaria, en la vía venezolana hacia el socialismo”. Pocos minutos antes había dicho: “Ustedes se han reelecto a ustedes mismos, es el pueblo el que manda, yo siempre mandaré obedeciendo al pueblo venezolano”. Igualmente, hizo un llamado a arreciar la batalla “contra la contrarrevolución burocrática y contra la corrupción, viejos males que siempre han amenazado a la República.” Todos estábamos convencidos de que habíamos alcanzado una nueva y resonante victoria popular.

El 17 de enero de 2007, mientras juramentaba a los integrantes de un Consejo Presidencial para la Reforma Constitucional, Chávez recordó que, tal y como lo establece la Constitución Bolivariana, tres sujetos están facultados para tomar la iniciativa de proponer una reforma constitucional: el propio Presidente de la República, la Asamblea Nacional y el pueblo. Chávez aseguró haber optado por la primera alternativa, persuadido de estar “interpretando y recogiendo el sentir de las mayorías”.

Siete meses después, el 15 de agosto de 2007, en su discurso de presentación de la propuesta de reforma constitucional ante la Asamblea Nacional, Chávez se expresó en términos muy similares: “La reforma es del pueblo, no es de Chávez. Estoy seguro de que nuestro pueblo la va a asumir, todo lo que yo voy a decir está pensado en función del pueblo venezolano, de sus más sagrados intereses, en función de nuestra revolución, de su fortalecimiento”.

Si algo ha quedado claro el 2D, es que lo que efectivamente ha podido ser “la reforma del pueblo” fue realmente la reforma de Chávez. Es cierto que durante su discurso del 15 de agosto Chávez convocó reiteradamente a iniciar el “gran debate de la reforma bolivariana”. Es igualmente cierto que la Asamblea Nacional estuvo muy lejos de servir como espacio catalizador de este debate. Tampoco fue así en el caso del PSUV, cuyas asambleas de batallones fueron concebidas como instrumentos de difusión y defensa de la propuesta de reforma, pero en ningún momento como espacios desde los cuales la ésta podía ser criticada, corregida o complementada.

Sin embargo, la clave de la derrota del 2D reside en el hecho de haber faltado a una regla básica de la política revolucionaria: “es el pueblo el que manda”. Ese mismo pueblo que, en palabras de Chávez, resultó reelecto en diciembre de 2006, el mismo al que juró mandar obedeciendo, no fue convocado a participar en la elaboración de la propuesta de reforma. De allí que una parte considerable del chavismo nunca hiciera suya la propuesta de Chávez. De allí que otra parte importante optara por un respaldo crítico. Para decirlo con Gramsci, ni Chávez ni mucho menos su entorno fueron capaces de construir consenso.

Mucho se ha debatido, antes y después del 2D, sobre el contenido de la reforma. Era y sigue siendo un debate sustantivo. Algunos señalamos que uno de los aspectos problemáticos de la propuesta de Chávez era la concentración de poderes en la figura del Presidente, convencidos como estamos de que la idea del líder infalible ha sido promovida por la derecha del chavismo, que eventualmente pudiera optar por prescindir del mismo Chávez, una vez logrado su objetivo primordial: aislar al chavismo democrático, popular y revolucionario. Pero al mismo tiempo, muchos optamos por respaldar una propuesta con contenido suficiente para convertirla en un programa de luchas populares.

Pero este debate no debe distraernos de lo más importante: si la propuesta de reforma hubiera resultado de la participación y el protagonismo populares, sin duda alguna el contenido hubiera sido otro, mucho más ajustado a las demandas y a la voluntad del chavismo popular y revolucionario. De haber sido así, el resultado del 2D hubiera sido indudablemente favorable para quienes luchamos por la radicalización democrática del proceso bolivariano.

III.-
Hoy se habla de relanzar la propuesta de reforma constitucional, no ya por iniciativa presidencial, sino por iniciativa popular o de la Asamblea Nacional. Incluso no se descarta, como lo hiciera Chávez expresamente en 2007, la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente. En tanto que la Asamblea Nacional no es un espacio con suficiente legitimidad y respaldo popular como para relanzar la propuesta, las alternativas, en principio, serían dos: reforma por iniciativa popular o Constituyente.

Sea cual fuere la vía que escojamos, está claro que la opción habrá de ser aquella que resulte de la voluntad popular. La propuesta de reforma de Chávez ha podido ser la reforma del pueblo, pero no lo fue. De reincidir en la misma lógica excluyente que prescindió del consenso entre las bases populares del chavismo, la reforma por iniciativa popular puede encontrar las mismas resistencias. Insistir en promover por “iniciativa popular” la misma propuesta de reforma, equivaldría a un error táctico de incalculables proporciones.

Pero estas consideraciones tácticas son apenas la punta del iceberg. Debajo de la superficie, saliendo a flote progresivamente, yace un gigante que dormitaba bajo las aguas revueltas del 2D: es el chavismo popular, la única garantía de profundización revolucionaria del proceso bolivariano. El 2D nos encontró dispersos, como no había sucedido en años. Pero desde la misma madrugada del 3 de diciembre esa multitud de sujetos que conforman el chavismo popular ha sido protagonista de una efervescencia deliberativa que difícilmente podrá ser acallada por los sectores más conservadores del chavismo. Lo que es mejor, esa efervescencia comienza a dar paso a la rearticulación del chavismo popular. El gigante dormido ha despertado y tiene ante sí la oportunidad de dejar de ser una “pequeña secta política”. John Reed dixit.

Frente Popular Revolucionario del Sur convoca a movimientos populares de Caracas


El Frente Popular Revolucionario del Sur, que agrupa las parroquias El Valle, Coche, La Vega y San Agustín, propuso realizar una asamblea el venidero 12 de enero con todos los colectivos y dirigentes populares de Caracas, con miras a concretar un encuentro a escala nacional para poner en práctica un verdadero parlamentarismo de calle.

El coordinador de la Radio Comunitaria Alí Primera, Alí Verenzuela, dijo que esta decisión se acordó por unanimidad en una reunión efectuada recientemente en la Universidad Simón Rodríguez, con la participación de más de 30 colectivos de Caracas.

Allí se planteó la lectura revolucionaria de los artículos de la Constitución para que el pueblo proponga esa modificación, pero con un gran sentido de compromiso con la Revolución Bolivariana y el socialismo.

Asimismo, se decidió la creación de un consejo popular de gobierno con carácter vinculante, la construcción de las comunas como expresión del poder popular y la organización de las milicias populares como forma de autodefensa.

Igualmente, se aprobó la constitución de los tribunales populares para procesar las denuncias y cuestionamientos de funcionarios acusados de corrupción, burocratismo e incompetencia, así como asesinatos de dirigentes campesinos y populares, con el objetivo de dar inicio a los procesos de juicio populares.

También se planteó la necesidad de fortalecer la formación política ideológica del pueblo para consolidar su unidad como garantía de la construcción del socialismo.

Asimismo, se pidió continuar la construcción del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), a fin de fortalecer la organización de los y las aspirantes a militantes y su formación político-ideológico, como parte de nuestro pueblo.

Verenzuela manifestó que en esa reunión se concluyó que los resultados electorales contra la propuesta de reforma constitucional, fueron producto de la canallada puesta en marcha por parte de la quinta columna, los oportunistas y derechistas que forman parte del gobierno y quienes trabajaron en alianza con la oposición pro imperialista.

Considera que pese a ese proceso electoral, el pueblo no se siente derrotado, aunque entiende que la abstención fue un claro mensaje dirigido a los burócratas que no están en sintonía con las necesidades de la gente, motivo por el cual fueron los grandes derrotados.

«Esos mismos que no hicieron el trabajo para obtener el triunfo, fueron incapaces de visitar un barrio, de estar en contacto directo con las comunidades, pues sólo actúan cuando necesitan el voto para ocupar un cargo u obtener cualquier otro beneficio particular, pero no para dar la batalla por el socialismo que estamos construyendo», expresó.

Manifestó que todo esto, aunado a la sucia, feroz y aplastante campaña mediática de desinformación de la derecha y el monstruoso andamiaje de los medios de comunicación privados que siguen actuando impunemente, frente al cual los esfuerzos de los sectores populares por difundir la propuesta, quedaron prácticamente anulados.

Llegó la hora de conquistar en la calle lo que no logramos en el referendo y rompamos el cerco burocrático, para lo cual es vital construir los consejos populares de gobierno e impulsemos nuestras propias leyes, puntualizó Verenzuela.

(Publicado por los cámaras de Anmcla).

Movimientos populares frente a la coyuntura actual


En la Campaña por el Sí: defender la reforma, impulsar las luchas del pueblo, profundizar el poder popular, construir el socialismo.

Una vez más como pueblo acudimos decididos a la cita de la historia. La aprobación de la reforma constitucional vuelve a enfrentar a los enemigos de siempre, a la oligarquía, a los patrones, a los dueños del país, contra el pueblo que crece y se moviliza. La aprobación de la reforma supone una nueva gesta, que el pueblo asume nuevamente con alegría y firmeza: la de la construcción del socialismo y del poder popular.

La reforma significa un avance en la construcción de una nueva sociedad. Por un lado, amplia los derechos del pueblo, continuando y profundizando los alcances de la Constitución de 1999, que consagra el Estado Democrático y Social de Derecho y de Justicia como horizonte. El reconocimiento del derecho a la ciudad, que nos devuelve a todos la ciudad, hasta ahora un privilegio de pocos (garantizando el acceso al suelo urbano, la protección contra la especulación inmobiliaria, el derecho a las redes de servicios urbanos, la participación en las decisiones que competen a la ciudad); la reducción de la jornada laboral, devolviéndole al trabajador una parte del tiempo que le arrebata el patrón; la seguridad social para los trabajadores independientes, que garantiza y protege los derechos laborales de ciento de miles hasta ahora excluidos de ellos; el derecho de todos a la creación, acceso y disfrute de la actividad cultural, científica y tecnológica; el reconocimiento de nuestra herencia afro e indígena; la prohibición de la discriminación por cualquier motivo; la protección de la vivienda principal; la prohibición del latifundio y la garantía de la soberanía alimentaria; la protección y promoción de la agro-ecología, son, entre otros, ejemplos de la ampliación del conjunto de derechos que permiten el camino a una sociedad más justa y solidaria. La reforma expresa en tal sentido parte de las luchas que el pueblo ha emprendido y defendido en el proceso revolucionario. Habitantes de las comunidades populares, inquilinos amenazados de desalojos, sin techos, trabajadores, estudiantes, conserjes, campesinos, afrodescendientes, comunicadores populares, vemos en la reforma un horizonte concreto para nuestras luchas y reivindicaciones.

La reforma no se queda en esto, sino que va más allá al reconocer al pueblo ya no sólo como sujeto de derecho, sino sujeto del ejercicio del poder. La reforma desbroza el camino hacia la democracia revolucionaria, al constitucionalizar el poder popular, construido en estos años de lucha, y transferirle competencias efectivas tanto para el ejercicio del auto-gobierno como para su participación directa en las políticas nacionales. No contradice, sino que desarrolla la Constitución de 1999: para garantizar y ejercer sus derechos, el pueblo tiene que ser poder. La democracia participativa se convierte en poder popular.

En tercer lugar, la reforma crea las condiciones materiales para construir una nueva sociedad y un nuevo Estado. En el marco del capitalismo, que expropia a la gente de sus derechos y de su poder, no hay posibilidad real de cambio alguno. La reforma incorpora los primeros elementos para crear una economía socialista, que nos libere de la explotación del hombre por el hombre, y permita que los productores (el pueblo en su conjunto) sean dueños de su destino. Sólo habrá derechos para el pueblo, sólo habrá posibilidades de construir el verdadero poder popular, si al mismo tiempo construimos el socialismo. El desarrollo lógico del Estado Democrático y Social de Derecho y de Justicia es el Estado socialista.

Ésta es la causa del pánico que la reforma provoca en la derecha y en la oligarquía. Por eso están decididos a impedirla de la forma que sea, y acudirán a la mentira, a la violencia, al golpe de Estado, a cualquier medio legal o ilegal. Lo que nos obliga a los movimientos populares a tomar la calle, a movilizarnos, a movilizar a nuestras bases, debatir con el pueblo, organizarlo para los días que se vienen. La campaña por el Sí debe ser una campaña de calle, de luchas, de organización y debate popular. Debe ser también una campaña llena de contenido, consciente, movilizadora, en que los distintos sectores pongan en el centro del debate aquellos elementos de la reforma que expresan de manera directa sus intereses y que resultan de mayor poder movilizador, mientras que entre todos levantamos la bandera de la construcción de socialismo y del poder popular, como elementos estratégicos planteados por la propuesta de reforma. Tomar las calles y movilizar al pueblo con la reforma como instrumento programático, para derrotar a la derecha y a la desestabilización.

Pero no es la derecha opositora la única amenaza a vencer. Desde dentro del proceso bolivariano, en las nuevas elites que han crecido a la vera de las luchas del pueblo y de la revolución, desde muchos de los que tienen responsabilidades políticas e institucionales, se prepara un nuevo atentado, más velado pero no menos peligroso, contra el pueblo y la reforma. La manera como se aprobó el proyecto de reforma, entre cuatro paredes y sin dar cabida al pueblo como fuente del constituyente primario, esta campaña deslucida, fría, clichetera, vacía de contenido (¡¡si, sí, así, así!!), que promueve el inmovilismo y la apatía del pueblo, parece una trampa para impedir su aprobación y, en cado de darse, preparar las condiciones para desconocer en la práctica su implementación. Nada desvela más al burócrata que el poder popular, nada preocupa más al capitalista convertido a última hora en bolivariano que el socialismo, por eso preparan desde dentro, agazapados, el zarpazo a la reforma, convertirla en letra muerta, asesinarla apenas se apruebe. Una vez que derrotemos a la derecha opositora en la calle y en las urnas electorales, debemos prepararnos para derrotar a la derecha escondida dentro del proceso bolivariano, a los oportunistas y corruptos, a los que trafican con las luchas y las esperanzas del pueblo. ¡Después del 2 de diciembre, nadie se devuelve a su casa, el pueblo se mantendrá en la calle vigilante de su victoria y de la concreción de la reforma!

En tal sentido, proponemos:

· La campaña por el Sí debe ser una campaña de movilización por luchas y reivindicaciones populares, avanzando en la derrota simultanea de la oligarquía y la derecha golpista, y de los sectores oportunistas y reaccionaros presentes en el campo revolucionario.

· La reforma debe convertirse en el programa de luchas del movimiento popular, tanto durante la campaña como luego de ella, exigiendo en la calle que se apliquen los contenidos revolucionarios y clasistas propuestos en la reforma.

· La campaña por el Sí y la reforma debe servir como bisagra articuladora del movimiento popular, tanto en los días que restan para el referéndum, como para la etapa de lucha y construcción del poder popular y el socialismo luego del 2 de diciembre.

Necesitamos cambios concretos y solamente la unión entre trabajadores, estudiantes y los diferentes sectores sociales alrededor de un claro proyecto político revolucionario nos permitirá fortalecer nuestra lucha común por una verdadera justicia social. Estamos convencidos de que la autonomía político-organizativa y la práctica revolucionaria de las clases explotadas son las únicas garantías para que se haga realidad la victoria del pueblo.

¡¡¡Por las luchas históricas del pueblo, por el poder popular, por el socialismo, el pueblo en la calle dice Sí!!!

– Frente de Empresas Cogestionadas y Ocupadas –
– Frente Nacional Campesino Ezequiel Zamora –
– Frente Comunal Simón Bolívar –
– Comités de Tierra Urbana (CTU) –
– Campamentos de Pioneros/Movimiento por la Tierra y el Hábitat –
– Ateneo Popular –
– Conserjes Unidos por Venezuela –
– Red Metropolitana de Inquilinos –
– Programa de Formación de Grado en Estudios Jurídicos de la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV) –
– Red de los Afrodescendientes –
– Asociación Nacional de Medios Comunitarios Libres y Alternativos (ANMCLA) –
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