Venezuela vence a Italia en Clásico de Beisbol, Magglio es abucheado


Endy Chávez es felicitado luego de anotar en el quinto inning. Por: Chris Young/AP.
Venezuela obtuvo su primera victoria en el Clásico Mundial de Beisbol 2009, luego de meterle nueve arepas por ese pecho al equipo de Italia, que cayó 7 carreras por 0. De hecho, esta nota ha podido intitularse: «¡Arepa, arepa, arepa!», tal cual se corea bien sabroso en el estadio cuando el equipo contrario ha sido incapaz de anotar aunque sea una, o «Venezuela le propina 9 arepas a Italia», casi la misma cantidad de arepas que, según dice El Nacional que dicen unos «encargados de areperas de la Gran Caracas», pueden preparase con un kilo de harina.

Nota de Johanna Bozo, publicada en la página A/8 de El Nacional del sábado 7 de marzo. Nótese lo tendencioso del titular: «Las areperas cerrarán…». Resulta que cuando se lee la nota, no aparece un solo arepero con nombre y apellido.

Detalle de la misma nota de Johanna Bozo. Puede leerse: «los comerciantes explicaron que con un kilo de harina sólo pueden preparar entre 10 y 12 arepas». ¿Esta gente de verdad creerá que somos tan pendejos? ¿Johanna Bozo habrá preparado arepas alguna vez en su vida? ¿Olvida que le escribe a un país que prepara arepas todos los días?

Lo cierto es que por la selección venezolana destacaron los bates de Melvin Mora (de 4-2, con 3 impulsadas y anotada), Bob Abreu (de 3-2, con 2 impulsadas), José Celestino López (de 3-3, con 2 anotadas), Endy Chávez (de 5-2, con anotada) y Carlos Guillén, quien impulsó la primera anotación con cuadrangular. El ganador fue Félix Hernández, quien se lanzó tremendo relevo de cuatro innings (inició Carlos Silva), ponchando a 4, otorgando dos boletos y aceptando apenas un hit.

No obstante, la victoria fue empañada por las pitas de las que fue blanco Magglio Ordóñez, jardinero izquierdo de la selección venezolana. Los abucheos no provinieron de los seguidores del equipo italiano, como cualquiera pudiera pensar – a pesar de no entender mucho -, sino de una parte de los fanáticos venezolanos presentes en el estadio. Todo aquel que hubiera seguido las incidencias del partido por el canal deportivo ESPN (como en mi caso), puede dar fe de lo que aquí se afirma. Desconozco si esto pudo percibirse durante la transmisión por el canal venezolano Meridiano TV.

De igual forma, al menos en una oportunidad (durante el quinto inning) pudo escucharse claramente la consigna «¡Endy sí, Chávez no!», esa que entona con cierta frecuencia el antichavismo en los estadios de Caracas y Valencia, cuando toma turno al bate Endy Chávez.

Para los que todavía no terminan de entender el asunto, pues es muy simple: Magglio Ordóñez es chavista. Más nada. Y durante la pasada campaña electoral participó en una célebre pieza publicitaria en favor del Sí a la enmienda constitucional. Es ésta que pueden ver acá abajo:

Como en ese momento intentaba explicarle a Sandra, una vez más, por qué es importante que ella misma vaya y ponga su plato en el lavaplatos, me perdí el jonrón de Carlos Guillén. No sé si lo habrán pitado también. Digo, como Guillén también es chavista…

¿Irán a pitar también a Francisco Rodríguez, el mejor cerrador de todo el beisbol? Dígame si a Francisco Rodríguez le toca pichar mañana contra Estados Unidos. Qué dilema más grande caballero…

Gente que no descansa


Qué tal, queridos chambelanes. ¿Cómo la pasaron durante estos carnavales? ¿Agarraron carretera o aprovecharon los días de asueto para un «viaje expreso» al exterior? Lástima. Porque René de Sola escribía hoy martes 24 de febrero en El Nacional que «Se encuentran actualmente abiertas tres exposiciones que por sí solas justificarían un viaje expreso a París. El Grand Palais, el Louvre y el Musée d’Orsay se distribuyen la exhibición de 400 obras de la herencia pictórica de Pablo Picasso» (El monstruo de Picasso). Pero qué va a saber chambelán de París o Pablo Picasso.

¿Compartieron en familia? ¿Se dieron un baño de playa o de río? ¿Jugaron con agua? ¿Hicieron una parrilla, un sancocho o desayunaron pescado frito a la orilla del mar? ¿Descansaron un poco?
Por aquí todo bien, gracias.

Nada más quería comentarles que hay gente que no descansa. ¿Qué te parece esa, Sergio Dahbar? Gente que no descansa. Uno se va y vuelve y los consigue exactamente igual, con la misma languidez de ánimo, a veces la misma rabia, a veces el mismo desconcierto. Hay gente que nunca toma vacaciones, así viaje lejos. Hay gente que llega muy lejos, así permanezca postrada en una oficina.

Fue lo que pensé al ojear El Nacional de hoy. En una página me dicen que El Carnaval no se pone viejo, en otra que el colibrí es «veloz y habilidoso», en otra que Los perros deben socializar desde cachorros y de repente ¡pum! me estrello contra la sección «Lectores».
La página C/7 abre con ésta: La inseguridad está matando al país. Acto seguido el comentario de un señor Alejandro de cédula cinco millones: «Una de las causas por las cuales el primer mandatario viene perdiendo terreno político es justamente la incapacidad de su gestión frente a la lucha contra el hampa». Etcétera, etcétera, etcétera. Estoy seguro de que no me hubiera detenido a leer ninguno de los etcéteras si el comentario del señor Alejandro de cédula cinco millones no hubiera sido generosamente acompañado de la siguiente ilustración:

Uno se va y vuelve y los consigue exactamente igual: la misma languidez, la misma rabia. Que si triunfó la ignorancia, que si triunfó el hampa, que si la ignorancia y el hampa se fueron a pasear un día…

René de Sola escribía sobre Picasso: «Merece entonces con creces que se le considere un monstruo por su talento y por la amplitud de su obra».

Yo me pregunto: ¿cómo merecen llamarse aquellos cuya amplísima obra resulta de emplear todo su talento en dibujar monstruos?

Chinchurria y pólvora


Advertencia: esta nota fue escrita por un ignorante. Sabihondos abstenerse. Comensales de paladar fino, también.

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¿Cuándo fue la última vez que sentimos algo semejante? Ir y venir frenético, ríos humanos sudando calle y espera ansiosa. Nada es oficial aún, pero la misma piel que ha tragado sol durante todo el día ya transpira victoria. Corre como un rumor que se acrecienta, pero es una certeza incuestionable. El pueblo sabe, cámara. Nada es tan cierto como cuando el pueblo sabe que ha vencido. Y esa tarde de domingo, en las empinadas calles de Antímano, todo olía a victoria. Dígalo ahí, Andrés.

¿Cuándo fue la última vez? La noche del 13 de abril y madrugada del 14. Carajo, palabras mayores. Me lo dije a mí mismo, y a mí mismo me pareció una comparación desatinada, una exageración febril. Una necedad. Hasta que leí la crónica breve del Duque. Y mire cámara: uno está convencido de la propia necedad hasta que se tropieza con un necio igual que uno y va y lo abraza y suelta la carcajada. Es entonces cuando la necedad se convierte en otra cosa: en un cierto tipo de certeza cómplice, como aquella que corría por las calles de Antímano y más tarde se apoderó de la Urdaneta. Un: hicimos algo pero no sabemos cómo llamarlo; un: para qué le vamos a poner nombre, cámara, si lo importante ahorita es gozarse esta fiesta.

Similar al 13 de abril, cámara, fue la celebración de este 15 de febrero. Siete años después, acontecimientos de distinta naturaleza, pero hermanados de alguna forma que no alcanzo a precisar. Claro para que se entienda: aún no logro saber por qué celebramos como lo hicimos. La verdad, apenas y me lo he preguntado. También es cierto: no he tenido mucho tiempo para hacerlo. No sé si es que hay victorias que no ameritan adjetivaciones. No sé si es que hay victorias que son simplemente eso: victorias.

Le comentaba a Lamia, la periodista francesa, un par de días antes del referéndum: necesitamos una victoria que no sea precisamente una victoria electoral. Las elecciones no son un fin en sí mismo, sino un medio. Bien, Lamia, ahora te lo planteo así: ésta fue una victoria electoral que también fue algo más, otro tipo de victoria. Y no sé muy bien cómo explicártelo.

A las 6 de la tarde el ambiente en Ávila TV era una continuación del ambiente que se vivía abajo en la Urdaneta. Como está escrito arriba: nada era oficial, pero todos sabíamos. Toda la espera ansiosa de más de seis millones de almas y un poco más, más las millones de almas más allá de nuestras fronteras, resumida y concentrada en un pedazo de avenida olorosa a pólvora de cohetón. Un río humano rumbo a Miraflores en medio del estrépito de las explosiones, las consignas y el corneteo.

A las 9 y 30 de la noche se dio inicio formal a una fiesta que había comenzando horas antes, y te puedo asegurar, compadre, que nadie iba ataviado como para una fiesta formal.

Pocos minutos después, una generosa representación de esa maravillosa camada de jóvenes extraordinarios que hacen posible Ávila TV, tomó por asalto el estudio y allí, frente a las cámaras, en vivo y en directo, saltaron y cantaron a la Caracas insurgente que los vio nacer, rindiendo homenaje al pueblo vencedor. Luego bajaron a la avenida y entonaron sus consignas, antes de confundirse con un pueblo que les regaló varias demostraciones de afecto y respeto. Un respeto que les compromete, y eso no hay que olvidarlo jamás.

Inmediatamente, himno nacional y respectivo discurso de Chávez. Qué diría Jorge Luis Borges si hubiera presenciado todo aquello. Un discurso que anunció combate contra todo o casi todo lo que queremos combatir, y por tanto un discurso memorable, que procuré escuchar íntegro al día siguiente. Un discurso que concluyó por donde todo debe comenzar:

«Revisión, rectificación y reimpulso para lograr estos cuatro años que quedan de este período constitucional de gobierno, el más alto grado de eficiencia en la gestión pública, el más alto grado de eficiencia en el impulso del Proyecto Nacional Simón Bolívar, en los planes del gobierno para solucionar los problemas del pueblo. Al respecto quiero comprometer mi palabra y la de todos quienes me acompañan en el gobierno, y quiero comprometer al pueblo todo, a las instituciones todas en una batalla que hay que darla con más intensidad, con más esfuerzos y sobre todo con más resultados en contra de la inseguridad en las calles, en las calles del pueblo, en los barrios, en las urbanizaciones, en las ciudades, en los pueblos; la lucha contra la corrupción y sus mil maneras; la lucha contra la inseguridad, la lucha contra el despilfarro, la lucha contra el burocratismo, contra la ineficiencia; quiero empeñar mi palabra en esta batalla».

Después de Chávez, una fiesta igualmente memorable, pura pasión desbordada, canto, consigna y baile. Olor a pueblo victorioso. «Chinchurria y pólvora, así huelen las victorias del pueblo», sentenció mi pana Gavimán, alias José Manuel Iglesias. «Ese es el título que le tienes que poner a lo que escribas sobre esto», me dijo.

Le tomé la palabra porque es verdad: las victorias del pueblo huelen a chinchurria y pólvora. Allá los que sean alérgicos a estos olores.

Y Chávez que aguante ahí: porque ese gentío también le tomó la palabra.

Pólvora

El presidente de Ávila TV entrevistado por Ávila TV. Si esto no es ventajismo, mira, yo no sé lo que es

Salsa

Pogueo

Fragmento del discurso de Chávez. Frente al Palacio Blanco: mirando la Urdaneta en dirección este

Salsa

Pogueo

El día después, 10:30 am


Me estoy tomando un marrón pequeño en un banco contiguo a la panadería. Tengo un poco más de dos horas despierto, así que ya he tenido tiempo suficiente de revisar lo que dice la prensa opositora. Ventajismo, ventajismo, ventajismo. Que perdieron a causa del ventajismo.

Una pareja, cercanos a los cincuenta ambos, conversa a mi lado. Están a unos dos metros de donde estoy sentado, pero realmente no logro escucharlos. Tampoco es mi intención. Estoy concentrado en mi café, en que tengo que agarrar carretera, etc. En eso me llega una ráfaga, un fragmento de oración que no deja margen de dudas:

– … porque nadie pensaba que iban a ganar.

Es la señora la que habla. No alcanzo a escuchar lo que responde el señor, pero es evidente que está de acuerdo. Sigue farfullando, hasta que remata:

– … es que eso fue arreglado en el CNE.

Ventajismo, fraude, ventajismo, fraude, ventajismo, fraude.

Y pensándolo bien, es cierto que les llevamos cierta ventaja: nosotros no cantamos ¡ventajismo! o ¡fraude! cuando somos derrotados. Y en eso sí somos, definitivamente, ustedes y nosotros, absolutamente irreconciliables.

Porque el que asiste a una batalla pensando en los pretextos que tendrá que esgrimir para explicar su eventual derrota, tiene la mitad de la batalla perdida.

Hoy nos ofrecen incontables declaraciones lastimeras. No concitan solidaridad: en su lugar, están empeñados en convencernos de que son plenamente dignos de toda lástima. Dicen: «Se enfrentó David contra Goliat y ganó Goliat».

Lo que realmente sucedió fue que el Goliat antichavista acudió al campo de batalla sólo para interpretar una mala versión de David. Por supuesto, le zampamos una pedrada de más de seis millones de votos en el medio de la frente.

Y triunfó el sí…


… con un 54,3%, habiendo sido totalizadas el 94,2% de las actas.

Ha sido una jornada memorable, Chávez ha dado un discurso memorable y la celebración ha sido memorable.

Imposible narrarles aquí, al menos a esta hora de la madrugada, las incidencias de este día. Ya vendrá el tiempo de los balances.

No he tenido chance de saber qué ha dicho la oposición y tampoco sé que se ha dicho en nuestros medios públicos. Hoy ha sido un día de estar en la calle, sin prestar atención un solo segundo a la batalla que se libraba en los medios. Hoy la batalla la hemos ganado en la calle.

A los cámaras, amigos, cumpas y panas que estuvieron pendientes, acá en Venezuela y más allá de nuestras fronteras, les digo: muchas gracias por acompañarnos. Esta victoria también es de ustedes.

Por ahora, los análisis están de más. Sólo queda espacio para la celebración.

Sólo les cuento, y con esto termino, que una consigna hizo su estreno el día de hoy. Se coreó con fuerza y en masa:

¡SE LOS DIJIMOS
SE LOS DIJIMOS
AL PRESIDENTE NO LO TUMBAN LOS SIFRINOS!

Caracas 5:20 am


Desde hace poco más de 2 horas suena la diana en todo el país. Abajo, vista parcial desde Parque Central, Caracas.

A las 4:30 am, aproximadamente, las redes de inteligencia social reportaron ataques contra la escuela de Trabajo Social de la Universidad Central de Venezuela, bastión del chavismo en esa casa de estudios. La noticia ya sido confirmada por los medios públicos.

¡Hoy 15 de febrero! Ser o no ser – Hugo Chávez


Larga ha sido la marcha para llegar a esta fecha de hoy, 15 de febrero. Es una fecha gloriosa, fecha luminosa, de consolidación de los plenos derechos y poderes democráticos.

Porque ese es el destino que nos hemos trazado y en el que estamos dispuestos a dejar el alma para conquistarlo. Tiempo histórico que nos compromete, tiempo de nuestros ancestros y a la vez tiempo de nuestros nietos. No será una batalla más: en esta ocasión tenemos la oportunidad de despejar el horizonte, reimpulsando el devenir de un pueblo comprometido con los altos designios de esta hora.

Avanzar en el sueño y el proyecto libertario de nuestro Padre Libertador, encarnarlo y realizarlo, pasa por la cita que hoy nos espera: lo que comenzó a fraguarse a principios del siglo XIX, entre el filo del pensamiento y el filo de la espada, lo podemos consolidar este domingo, con nuestra firme voluntad de darnos el derecho de ser real y verdaderamente libres, real y verdaderamente soberanos.

Lo que está en juego hoy 15 de febrero, puede sintetizarse en un dilema que debe ser resuelto por el Pueblo: seguir avanzando hacia el ejercicio pleno de la soberanía popular o la pretensión contrarrevolucionaria de ponerle frenos, cortapisas a la democracia revolucionaria. Es el dilema del Hamlet de Shakespeare: ser (el Sí) o no ser (el No).

Desde hace diez años hemos plenado la historia venezolana de sentido: de sentido bolivariano, abierto, popular; de sentido constructivo, creativo y liberador. Antes la historia no nos pertenecía, otros la tramaban y nosotros sólo la padecíamos. Éramos simples peones de un macabro ajedrez dispuesto por el imperio y sus cipayos apátridas. Eso cambió y cambió para siempre, desde hace diez años: el Pueblo heredero de las grandes batallas, encarnación viva de todas nuestras luchas, le ha puesto sangre y hueso, alma y corazón a esta revolución; hemos sido y somos, todas y todos, un solo protagonista estelar de las transformaciones emprendidas: transformaciones que no acaban aún porque se requiere seguir completando el sagrado anhelo que nos impusimos: tener Patria Libre, Patria Buena y Bonita, Patria Socialista, para nosotros, para nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos.

Quiero decir que le hemos propuesto al país una orientación que ha venido perfilándose entre aciertos y dificultades, es cierto, pero que desde que la parimos ha tenido el mismo horizonte: es nuestro pueblo haciéndose un Pueblo cada vez más digno día a día; un Pueblo que se reconoce en el trayecto recorrido y comprende lo que el porvenir le exige. En definitiva: un Pueblo que sabe que sólo fraternalmente unido en el empeño y conservando el camino, podrá un día decir que nos estamos acercando al sueño, al alto sueño de la Patria definitivamente liberada. Que no haya duda entonces: ¡¡Eso es lo que nos estamos jugando con nuestra decisión, hoy 15 de febrero!!

Decía el gran poeta Willian Blake en un aforismo: así como hay un tiempo para la siembra hay otro para la cosecha. Sirva esta idea para perfilar lo que les quiero advertir. Desde antes de haber llegado al Gobierno y lo que llevamos en él, han sido tiempos de paciente y laboriosa siembra. Algo hemos recogido, pero no basta. Hoy 15 de febrero, es la fecha para garantizarnos el inicio del tiempo de las grandes cosechas: el tiempo de llenar los graneros de esta hermosa travesía en la que estamos comprometidos todos por un porvenir que sea nuestro de verdad y no un simple accidente del tiempo y de la vida. Hoy 15 de febrero, luego de la victoria del Sí, bien podremos decir con voz de Pueblo unido: ¡¡El porvenir comienza a ser nuestro!!

No habitamos ni vivimos un país. Habitamos y vivimos un reto, un reto de Patria. Por eso nuestras conquistas siempre estarán un poco más allá de lo que logremos; por eso es que tratar de darle consistencia al socialismo democrático es, para nosotros, una permanente exigencia: una frontera que hay que vencer cada día.

De allí este empeño sin descanso, porque simple y llanamente nos lo merecemos: el reto de una democracia auténtica y revolucionaria, de participación plena y protagonismo pleno, es la idea que nos toca a la puerta de nuestra historia; esa es la idea poderosa que nos debe alentar porque como lo dijo Víctor Hugo: Nada hay más poderoso que una idea a la que le ha llegado su tiempo.

Finalmente, lo advierte también el Eclesiastés: «Todo lo que va a ocurrir debajo del sol tiene su hora».

Es pues, la hora del pueblo…

Por eso te lo repito: ¡¡Te estoy esperando en aquel lugar!! ¡Venceremos!

Un país de película


Los columnistas gringos que siguen las incidencias del beisbol (y también los narradores, los comentaristas, los analistas, etc.) tienen una expresión para catalogar a los jugadores que atraviesan por rachas excepcionalmente buenas: aquellos que la están viendo clarita, repartiendo leña por todos lados y trayéndolas todas a la goma. También se dice del pitcher intraficable, que los deja a todos descolgados, bateando mansos rollings o abanicando la brisa. Son los jugadores que están on fire, lo que traducido al idioma común del fanático del beisbol caribe quiere decir: encendidos.

Pues bien, es oficial: Alexis Correia y un tal Marcos Carrillo están on fire. Me atrevería a más: diría que el magnífico equipo que integran los Correias y Carrillos de Venezuela están descosiendo la liga, como se dice de los equipos imbatibles, frente a los cuales el resto de los equipos lucen como equipos de segunda categoría.

Paso a explicarles: Alexis Correia, crítico de cine, publica hoy viernes 13 de febrero en el diario El Nacional una nota intitulada Todo se arruinó por decir «sí» a todo. Exacto: tal y como el lector ya lo imagina, Correia nos reservó para hoy, justo para hoy, sus comentarios sobre Sí, señor (Yes man) el film de Peyton Reed, protagonizado por Jim Carrey, que se estrenó en Venezuela el pasado 23 de enero, hace exactamente 22 días.

Según explica el mismo Correia en la primera línea de su nota, no se trata de una casualidad: «La casualidad no existe, y justo en estas atípicas primeras semanas de 2009 – cuando el suplicio del toque de diana de madrugada se escuchará antes del Carnaval – se exhibe en Venezuela una película de Jim Carrey titulada Sí, señor. Muestra una batalla entre el ‘sí’ y el ‘no’. Un señor que trabaja como aburrido oficinista de banco, llamado Carl Allen, le dice ‘no’ a todo. Su primer parlamento no puede ser más contundente: ‘¡No significa no!’, pues».

Es que puedo imaginarme al ingenioso Correia entregado a las delicias del diálogo interior:
– Ya sé, ya sé: justo el viernes 13 de febrero, dos días antes del referéndum, publicaré mi crítica sobre esta película. Escribiré: «Mira tú, chico, pero qué casualidad tan afortunada ésta, que justo por estos días llegue a las carteleras venezolanas una película de un hombre que termina mal por decir sí». Pero no sé. ¿Apelar a ese recurso de la casualidad no es demasiado predecible, no sonará a vulgar estratagema? (Nota: recordar que Correia es muy ingenioso, y hasta cuando dialoga consigo mismo pronuncia palabras como «estratagema». Fin de la nota). No vale, mejor lo de la casualidad no. Ya sé, ya sé: me lanzo de frente: «La casualidad no existe…». Y por ahí me voy. Ufffff, con una entrada tan vigorosa el trabajo está casi hecho. De allí en adelante, con dos o tres inteligentes y perspicaces insinuaciones sobre la curiosa y al mismo tiempo extrema semejanza con la realidad venezolana, ufffff, le aniquilo el cerebro a más de uno. Seguro se quedarán pensando: «Es verdad, mejor votar no. Porque no es bueno decir no a todo, pero tampoco es conveniente decir siempre sí». Ufffff, esa es una frase que no puede faltar. Es más, voy a sugerir que ese es el mensaje de la película. Ufffff, lo tengo casi todo escrito ya en la cabeza. Falta el título: «Una película que nos enseña cómo votar…» no… «Cómo elegir…» tampoco. A ver, a ver, piensa, piensa: ¿qué pasaría si triunfa el sí? Este país se iría a la ruina… ajá… por ahí va la cosa… la ruina… la ruina. ¿Acaso no es esa una de las líneas que pronuncia Jim Carrey en la película? ¡Claro! Y yo que pensé que era pura creación mía. Pero no importa, encaja a la perfección: «Todo se arruinó…».

Y sólo así pudo venir al mundo un título tan genial y sugerente.

Sigo con la nota de Correia: «Curiosamente, Carl asiste a la conferencia de una secta extremista que apoya el ‘sí’ a todo». Ufffff, idéntico. «Los que asisten llevan bolsos de color rojo con la palabra ‘sí’. Los asistentes siguen ciegamente y aplauden como focas a un líder mesiánico que proclama: ‘¡Digan sí un millón de veces! ¡Con el sí uno se sumerge en la energía de la vida!'». Ufffff, cualquier semejanza con la realidad no es pura coincidencia. «Ante este auditorio, los que pronuncian la palabra ‘no’ reciben una cayapa de abucheos y no se les permite siquiera el derecho a argumentar en defensa propia». Ufffff, exactamente igual a lo que sucede en Venezuela. Sigue Correia: «Sin embargo, el ‘sí’ lleva a Carl a nuevos extremos de infelicidad y al final concluye compungido: ‘Todo se arruinó por decir sí'». Uffff y más ufffff. En el penúltimo párrafo nos conmueve con el mensaje: «No es bueno decir ‘no’ a todo, pero tampoco es conveniente decir siempre ‘sí'». Uffff, ese hombre está on fire. Y un cierre de leyenda, que, ¿deliberadamente?, no guarda absolutamente ninguna relación con el film: «Afortunadamente, a pesar de todo lo que se ve cuando uno sale a la calle este febrero, la mayoría silenciosa también sabe que, pase lo que pase en los próximos días, la pequeña vida oculta y cotidiana seguirá al lunes siguiente, sin espacio para los discursos de aniquilación». Uffff, señores, a-ni-qui-la-ción.

El otro caso, el del tal Marcos Carrillo, es muchísimo menos elocuente e infinitamente más predecible, si acaso algo así es posible. En los tres escasísimos párrafos del artículo que publica, también hoy, El Universal, Carrillo ensaya setenta y cuatro formas de decirle mentiroso a Chávez: «Después de 16 años de decadencia personal se ha terminado de develar su verdadera naturaleza. El llanerito de apariencia sincera de aquellos tiempos ha demostrado ser un irrefrenable mentiroso. Siempre lo fue, pero ahora lo hace sin pudor alguno». Otra: «Pero el giro de las últimas semanas, da cuenta de otro perfil aún más decadente. Ya no se trata de maquillar cifras abstractas, de ocultar jugadas sucias o decretar por interpuesta persona que todo está perfectamente normal. El mismo ha asumido el protagonismo de la mentira». El cierre: «Ya no hay manera de evadir las responsabilidades o de disimular el absoluto desprecio por los ciudadanos, inherente a una persona cuyo bautizo político fue un golpe de Estado. La mentira le ha quitado el último velo de su grotesca danza».

¿Y entonces? Es verdad, todo apunta a que Marcos Carrillo no califica entre los que están on fire. Pero no vayan tan rápido, no juzguen tan apresuradamente. ¿A que no adivinan cómo intitula Carrillo su artículo?

Piensa. Es otro film protagonizado por Jim Carrey.

Piensa un poco más.

¡Ese mismo! ¡El pana sentado por allá se ha llevado el premio! Sí cámaras: Mentiroso, mentiroso. Tal cual el film Mentiroso mentiroso (Liar Liar), dirigido por Tom Shadyac y estrenada en 1997.

Bendito el país donde el ingenio de su «clase pensante» sea equivalente a todo el ingenio contenido en un blockbuster dominical gringo protagonizado por Jim Carrey.

Como diría Correia: ¡No significa no!

Mi señora madre le respondería: «Sí, claro, yo te aviso».

Dos poemas, un panfleto y un par de preguntas


Es la 1:45 pm de este jueves 12 de febrero y allá abajo la avenida Bolívar se va plenando de juventud y pueblo, pueblo y juventud, juventud-pueblo como tendría que ser cualquier juventud digna de llamarse tal, y pueblo-juventud como en efecto es cualquier pueblo cuando tomas las calles y las nombra con su nombre.

Y me pregunto hoy, 12 de febrero, a la 1:49 pm, por qué si un 15 de diciembre de 1999 refrendamos con nuestro voto el derecho que hoy tenemos todos de revocarle su mandato al zambo en referéndum popular, incluso los que entonces hicieron filas entre los renegados, por qué, me pregunto, no podemos nosotros decidir si queremos que el zambo continúe allí mismo donde hoy está, siempre y cuando, claro está, sea el pueblo el que lo mande.

No podemos hacerlo todavía, hoy 12 de febrero, a la 1:54 pm, y es así que ahora vamos a consulta popular, una vez más, este domingo 15 de febrero, porque nos dio por pensar que ciertamente es nuestro derecho saber si somos más los que queremos que el zambo pueda continuar, más adelante, dentro de cuatro años, siempre y cuando sea el pueblo el que lo mande, o si ahora son más los que aquel 15 de diciembre de 1999 no querían ni al zambo mandando y ni siquiera la Constitución que hoy les da el derecho de revocarlo cuando les venga en gana.

Son las 2:10 pm de este jueves 12 de febrero y he intentado sacar la cuenta, durante estos 16 minutos, de cuántas veces hemos tenido que escuchar que si acaso el zambo continúa, dentro de cuatro años, entonces eso sería como quitarle a ciertas jóvenes generaciones el derecho a obedecer lo que el pueblo mande. Razonamiento que tendría algo de razonable si las tales jóvenes generaciones no despreciaran como desprecian con desprecio casi infinito al joven-zambo, al pueblo-zambo y al zambo mismo. Pero no hable usted de zambo: porque estaría revolviendo el agua fétida del revanchismo, la venganza, el resentimiento y el odio de clases, y las tales jóvenes generaciones tienen el estómago delicado.

Y me pregunto yo, como a las 2:18 pm: ¿y todos los jóvenes asesinados, humillados, torturados, perseguidos, desaparecidos, criminalizados e invisibilizados por los padres de las tales jóvenes generaciones? Y me gustaría preguntarle a las tales jóvenes generaciones: ¿y si este 15 de febrero ustedes resultaran vencedores? ¿Y si vieran cumplido su sueño de sacar al zambo de Miraflores? Borrón y cuenta nueva. Y déjenme explicarles lo que significa borrón: jóvenes y pueblo asesinados, humillados, torturados, perseguidos, desaparecidos, criminalizados e invisibilizados.

Jóvenes de las tales nuevas generaciones: no tenemos ninguna intención de volver al pasado. No queremos un futuro de borrones y cuentas nuevas. Escúchenme bien: si es con el zambo, pues mejor. Si es sin el zambo, pues tampoco estamos dispuestos a ningún borrón y cuenta nueva ni a que nos manden las tales jóvenes generaciones. Les cuento lo que se dice en las calles que el pueblo hoy nombra con su nombre: «El peo no es con Chávez…».

Son las 2:37 pm de este 12 de febrero y la calle llama. Antes de bajar a la avenida, quería dejarles dos poemas y un panfleto. Van así: el primero es un poema (un fragmento) escrito por Víctor Valera Mora, y va para el pueblo-joven, joven-zambo, zambo-pueblo. El segundo, un panfleto escrito en 1970 por cierto movimiento que dio en llamarse Poder Joven, un buen documento para enterarse de eso que llaman clima de la época. El tercero, otro de Víctor Valera Mora. Todos, los tres, para esa juventud-pueblo y ese pueblo-juventud que me espera allá abajo.

A ustedes, las tales jóvenes generaciones: ni agua.

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Yo justifico esta guerra. Víctor Valera Mora. 1963.

V.
El hombre aparece en los reales dominios de la violencia
El hombre crece en la táctica y la estrategia del amor
El hombre tutea al amor
El hombre saluda al amor como a un combatiente el amanecer
El hombre dice al paso del amor
Salud
Estrella de cinco puntas
Estrella solidaria
Estrella de los desocupados
Estrella de los apaleados
Estrella de los ofendidos
Salud
Estrella armada
Estrella de las ingentes energías
Estrella de las huelgas generales
Estrella de la canción de los ríos
Estrella lavada en los combates
Estrella que ciega los ojos del verdugo
Estrella más libre que los carceleros
Estrella altiva impostergable
Salud
Estrella de la tercera glaciación
Estrella del fuego domeñado
Estrella de la piedra pulimentada
Estrella de la caza del Mamut
Estrella de las cuevas de Altamira
Estrella de la invención de la rueda
Estrella de Heráclito en perpetuo movimiento
Estrella de Espartaco
Estrella de la rebelión de los esclavos
Estrella de la caída de Roma
Estrella de Jean Huss
Estrella de las guerras campesinas
Salud
Estrella del Renacimiento
Estrella de maderos y velas echados al mar
Estrella de Galileo en la encrucijada de la Inquisición
Estrella de los caribes
Estrella de los araucanos
Estrella de Lope de Aguirre
Estrella de los negros cimarrones
Estrella de Tupac Amarú
Salud
Estrella de la máquina de vapor
Estrella de la toma de La Bastilla
Estrella de Toussaint Louverture
Estrella de Bolívar
Estrella sobre un caballo en 1813
Salud
Estrella del Socialismo Científico
Estrella de la Comuna de París
Estrella de la Revuelta de Canudos
Estrella de la Huelga de Cananéa
Estrella de Emiliano Zapata
Estrella de los Sóviets
Estrella de las montañas de las Segovias
Estrella de Sandino
Estrella del pequeño ejército loco
Estrella de los hermanos de John Reed
Estrella de los hermanos de Paul Robeson
Salud
Sol de la alegría de Julius Fucik
Sol de Stalingrado
Sol del Ejército Rojo en las puertas de Berlín
Sol de los partisanos
Sol de los maquís
Sol de la Gran Marcha
Sol de la Gran Patria China
Sol del Sitio de Diem Bien Phu
Salud
Porque vendrán días mejores
Estrella escupida en Guernica
Estrella fusilada en Grecia
Estrella rota sobre Guatemala
Estrella ahogada en Bolivia
Estrella de Corea flor de azalea ofendida
Salud
Estrella de los caminos del cosmos
Estrella del África liberada
Estrella de América convulsionada
Estrella del Vietcong
Estrella del Pathet Laos
Estrella de los guerrilleros de Angola
Estrella de los guerrilleros de Guinea
Estrella de la media luna argelina
Estrella de todos los justos
Salud
Sol solitario
Sol de José Martí
Sol del 26 de julio
Sol de la Sierra Maestra
Sol de las Dos Declaraciones de La Habana
Estrella levantada con nuestras manos
Estrella del 23 de Enero
Estrella de las hondas caídas
Estrella del 4 de Mayo
Estrella del 2 de Junio
Estrella de las armas liberadas
Estrella de las montañas de Falcón
Estrella de las montañas de Portuguesa
Estrella de las serranías de Lara
Estrella de Oriente
Salud
Estrella de los libres
hoguera incansable mar de aristas
huracanado drama que nos conmueve
inscrita en la más alta colina de nuestros actos

Sol del mundo que haremos
los que van a vivir te saludan

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Carta abierta de los jóvenes a Bolívar… (En la semana de la juventud). Poder Joven. Febrero de 1970.

Bolívar:

Desde hace tiempo los jóvenes hemos tratado insistentemente de establecer contacto con Ud., de buena gana habríamos viajado a través del tiempo hasta su época, pero como esa posibilidad no existe más que en un mojón televisivo que nos montan llamado «El túnel del tiempo», hemos decidido enviarle esta carta, en ella le enteramos de cómo está esta vaina de jodida y de qué suerte han corrido sus ideas y planteamientos revolucionarios en manos de los coños de madre que han manejado ésta desde que Ud. desapareció.

Primero que nada le enteramos de algo que estamos seguros le sacará la piedra; es decir, le contaremos lo que han hecho con Ud.: se han esmerado en convertirlo en un ídolo, en un personaje casi de ficción, tan igual a un brioso «Batman» o un invulnerable «Superman». Le han montado en pedestales en miles de plazas, igual que a Zeus y a Minerva en gigantes pinturas de óleo, le han encerrado en museos y lo han puesto en monedas, que de paso, las embaúlan sólo los ricos en centenares de millones. Le han puesto su nombre a lujosas avenidas y a clásicos de caballos en los que estafan al público. Eso han hecho con Ud. General Bolívar.

Le han encarcelado detrás de los barrotes de la leyenda y la fábula, al mismo tiempo que han tratado por todos los medios de enterrar sus pensamientos debajo de toneladas de flores y ahogar sus reclamos de Patria, Libertad y Justicia en bocanadas de humo «Clase aparte» y en centenares de discursos en el Panteón y en el Congreso cada vez que se celebra una fiesta que tenga que ver con Ud.

En otras palabras: esto está vuelto una completa mierda, otra cosa no se puede decir, y somos los jóvenes quienes sacamos la peor parte. Ud. dijo: «Moral y luces son nuestras…» y hoy lo que nos meten es a: «Simplemente María», «La media naranja», «Cuando en los cerros nace el sol» y para colmo cierran los Liceos, Universidades y Escuelas de Arte.

¡QUÉ ARRECHERA BOLÍVAR!

Pero no creas que esto es todo, aún no hemos terminado. La gente que aquí se jodió contigo sacando para el carajo a los españoles, con la esperanza de lograr un futuro mejor, todavía está jodida y hasta creemos aún más; viven en ranchos, cerros y se cobijan en la entrada de edificios, mientras hay una vaina que se llama «Country club» donde viven los ricos y los high, donde se toma «Champagne» del fino y hay quintas blanquísimas dentro de las cuales rueda la mierda en pasta.

Como te decíamos al comienzo Bolívar, la peor parte del infierno nos toca a nosotros, aquí es un delito ser dinámica, tener inquietudes, EN ESTA MIERDA ES UN DELITO SER JOVEN; nos joden con la TV, con la Prensa, con la Radio; con suplementos del «Fantasma», de «Popeye» y de «Superman», con un ratoncito marico llamado «Topo Gigio» y con una vaina coño de madre que se llama POLICÍA METROPOLITANA que le gusta matar portugueses y perseguir peludos.

Aquí no podemos hacer un coño; no podemos porque nos jode la METRO, no podemos llevar el pelo largo porque nos joden, no podemos hacer el signo de la Paz que tanto anhelamos, no podemos hacer festivales de música porque nos joden a flautasos, no podemos dar un beso a nuestra novia en la calle, no podemos reunirnos porque nos joden… y seguramente nos van a joder por haberte escrito esta carta.

BOLÍVAR ESTAMOS JODIDOS

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Pajarracos. Víctor Valera Mora. ¿Entre 1979 y 1984?

El asunto no está
en que las palomas de la Plaza Mayor
se caguen sobre la ilustre testa
del Sr. Ecuestre
Simón Antonio de la Santísima Trinidad
Bolívar Palacios y Blanco
Cuando desde 1830 todos los gobiernos se han cagado
en el alma del chinejo Libertador
y casi nadie ha dicho
ni por aquí te pudras

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